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lunes, 18 de mayo de 2020

¿Como vamos?





El sol sale todos los días. Me levanto y allí esta. Alumbrando el jardín, sacándole brillo a las orillas de las hojas, atravesando un aire limpio y trasparente. Abro las ventanas corredizas y salgo un momento. Me siento en el sol, no en el sol, obvio, me siento en unas tumbonas que tenemos afuera y cerrando los ojos, dejo que la luz me penetre y se reparta por todo este cuerpo…la verdad es que el sol me alegra, me nutre, siento que me presta esa energía que tanto necesito y que se me ha hecho tan huidiza en los últimos meses…

Que tiempos tan extraños nos ha tocado vivir con esta pandemia mundial que nos confina a un aislamiento social alejándonos de nuestros seres queridos, de nuestros amigos y de toda esa parafernalia externa donde hemos vivido y de la cual nunca, hasta estos momentos, nos habíamos percatado ni cuestionado su relevancia.

No quiero hablar del virus. No quiero extenderme sobre lo que pienso sobre esto de estar aislados…la puerta que se cierra y la ventana que se abre hacia nuestro espacio interior, ese otro mundo que también ha estado allí, con nosotros desde siempre y del cual no siempre estamos conscientes y al que tampoco este aislamiento nos garantiza el acceso ya que seguimos empeñados en mantenernos en contacto con nuestro mundo exterior, horas interminables de video llamadas, de mensajitos, de conversaciones en el celular recalentado que al final no reemplaza el abrazo perdido y nos deja con una vaga añoranza en el corazón y con ojos y oídos extenuados. Horas frente al televisor escuchando noticias que no sabemos sin son ciertas o son manipuladas, llenándonos de angustia y expectativas. Series infinitas en Netflix, que no se acaban nunca pero que no puedes dejar de ver, porque tienes, como siempre, que saber el final ahora, ya. UFFFF!!!!

OJO, no estoy menospreciando la tecnología, yo amo la tecnología y agradezco la posibilidad que nos da de mantenernos unidos. Disfruto de poder ver y hablar con mis hijos, ver a mi nieto creciendo, saber de mis hermanas y de mis amigas sin mencionar la tecnología avanzada aplicada en mis tratamientos,(eso es otro tema)ni la tecnología de la cual depende mi trabajo como diseñadora…pero volviendo al tema de la sobrecarga de estos días de aislamiento, llega el momento en que haces menos uso de todas estas cosas y comienzas a preguntarte que eres, que viene después, como enfrentaras el cambio, como te afecta y te afectará…y es entonces cuando te asomas a esa ventana y comienzas la exploración de ese mundo profundo que esta dentro de ti, del cual te alimentas y vas descubriendo nuevas formas de conexión de creación e interacción contigo mismo y con el universo.

Suena esotérico? Quizás. Siempre me llamo la atención los mundos sutiles y con esto del cancer las preguntas, las dudas, son mayores…

Con el cancer me encuentro en ese punto paralelo donde no sé donde estoy ni que viene a continuación…Ya termine una segunda etapa de radioterapia y quimioterapia y hasta dentro de unos días no sabremos los resultados. Esta es otra ventana a la que tendré que asomarme en su momento.

Todo a su tiempo. Me siento bien.

Un día la vez.

1 comentario:

  1. Comparto contigo el vacio y la añoranza de esas llamadas eternas o comunicaciones on line.... por un lado es un privilegio que antes no teniamos pero por el otro como tu dices no sustituyen abrazar sonreir tocar.... TODOS estamos en reflexión aprehensión y en cierta forma en pánico por el cambio tan drástico de las estructuras que nos ha tocado vivir. Todo lo que hicimos y la libertad de movernos y acercarnos a la playita de tener los amigos sentados solo por el placer de reunirnos, la realidad es virtual, no importa ayer , ya pasó y mañana no ha llegado poner atención en algo creativo nos desconecta de la angustia y nos da paz, así lo siento yo amiga querida!!! dios te bendiga!!

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Estoy aquí entre dos océanos a mis costados. A mis pies, el valle silencioso y sobre mi, este cielo.